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viernes, 21 de febrero de 2014

La carrera espacial entre EUA y CCCP (1945 - 1991) - Video EPI 2.14


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Historium Observatorium inicia esta noche los episodios marcantes de la carrera espacial entre EUA y CCCP en cinco capitulos y con una lista de videos para memorizar los factos que han mudado el mundo con la descoberta del poder atomico.
La carrera espacial fue una competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética 
La carrera que duró aproximadamente desde 1957 a 1975. Supuso el esfuerzo paralelo entre ambos países de explorar el espacio exterior con satélites artificiales, de enviar humanos al espacio y de posar a un ser humano en la Luna. 
Aunque sus raíces están en las primeras tecnologías de cohetes y en las tensiones internacionales que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, la carrera espacial comenzó de hecho tras el lanzamiento soviético del Sputnik 1 el 4 de octubre de 1957. 
El término se originó como analogía de la carrera armamentística. La carrera espacial se convirtió en una parte importante de la rivalidad cultural y tecnológica entre la URSS y Estados Unidos durante la Guerra Fría. 
La tecnología espacial se convirtió en una arena particularmente importante en este conflicto, tanto por sus potenciales aplicaciones militares como por sus efectos psicológicos sobre la moral de la población.
Influencias militares iniciales (1945 - 1957) 
Los cohetes han interesado a científicos y aficionados desde hace siglos. Los chinos los utilizaron como armas ya en el siglo XI. El científico ruso Konstantin Tsiolkovsky teorizó en la década de 1880 sobre cohetes multi-fase propulsados por combustible líquido que podrían llegar al espacio, pero no fue hasta 1926 que el estadounidense Robert Goddard diseñara un cohete de combustible líquido práctico. 
Goddard realizó sus trabajos sobre cohetería en la oscuridad, ya que la comunidad científica, el público e incluso The New York Times se burlaban de él. Hizo falta una guerra para catapultar la cohetería a la notoriedad. Esto resultó ser un precursor del futuro, ya que cualquier "carrera espacial" quedaría inextricablemente vinculada a las ambiciones militares de las naciones implicadas, a pesar de su carácter mayoritariamente científico y de su retórica pacifista.
Contribuciones alemanas 
A mediados de la década de los 20, científicos alemanes empezaron a experimentar con cohetes propulsados por combustibles líquidos que eran capaces de alcanzar altitudes y distancias relativamente altas. En 1932, el Reichswehr, predecesor de la Wehrmacht, adquirió interés en la cohetería como artillería de largo alcance. 
Wernher von Braun, un científico de cohetes en alza, se unió al esfuerzo y desarrolló armas así para su uso en la Segunda Guerra Mundial por parte de la Alemania nazi. Von Braun adoptó muchas ideas de la investigación original de Robert Goddard, estudiando y mejorando los cohetes de Goddard. 
El cohete A4 alemán, lanzado en 1942, se convirtió en el primer proyectil en alcanzar el espacio. En 1943, Alemania empezó la producción de su sucesor, el cohete V2, con un alcance de 300 km y portando una cabeza de guerra de 1000 kg. La Wehrmacht disparó miles de cohetes V-2 contra las naciones aliadas, causando daños y muertes masivas.
Raíces en la Guerra Fría 
Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética se embarcaron en una amarga Guerra Fría de espionaje y propaganda. La exploración espacial y la tecnología de satélites alimentaron la guerra fría en ambos frentes. El equipamiento a bordo de satélites podía espiar a otros países, con cámaras de fotos y señales de radar, mientras que los logros espaciales servían de propaganda política, para demostrar la capacidad científica y el potencial militar de un país. 
Los mismos cohetes lanzadores que podían poner en órbita un satélite, a un hombre o alcanzar algún punto de la Luna podían enviar una bomba atómica a una ciudad enemiga cualquiera, en misiles militares que tenían el nombre de ICBM. Gran parte del desarrollo tecnológico requerido para el viaje espacial se aplicaba igualmente a los cohetes de guerra como los misiles balísticos intercontinentales. 
Junto con otros aspectos de la carrera armamentística, el progreso en el espacio se mostraba como un indicador de la capacidad tecnológica y económica de cada país en competencia, demostrando la superioridad de la tecnología, ideología, política y gobierno del país en competencia. La investigación espacial tenía un doble propósito: podía servir a fines pacíficos, pero también podía contribuir en alcanzar objetivos militares. 
Las dos superpotencias trabajaron para ganarse una ventaja en la investigación espacial, sin saber quién daría el gran salto primero y qué adelantos tendrían en el futuro. Habían sentado las bases para una carrera hacia el espacio, y tan solo esperaban el disparo de salida, con el desarrollo de la tecnología al límite en la segunda mitad del siglo pasado, con la construcción de satélites cada vez más grandes y pesados, naves orbitales y cohetes más grandes, pesados y con mayor capacidad de carga.
El "final" de la carrera espacial (1957 - 1975)
Mientras que el lanzamiento del Sputnik 1 se puede considerar claramente como el inicio de la carrera espacial, su final es más debatible. La carrera espacial fue más candente durante los años 60, pero continuó con rapidez más allá del alunizaje del Apolo en 1969. Aunque llevaron a cabo cinco alunizajes tripulados además del Apolo 11, los científicos espaciales estadounidenses buscaron otros objetivos. 
El Skylab recogería datos, y el transbordador espacial serviría para devolver las naves espaciales intactas desde espacio. Los estadounidenses afirmaron que al haber sido los primeros en poner un hombre sobre la luna, habían ganado esta "carrera" no oficial. Mientras tanto, los científicos soviéticos siguieron adelante con sus propios proyectos, y probablemente no admitieron nada parecido a una derrota. 
En cualquier caso, al enfriarse la guerra fría y al ir otras naciones desarrollando sus propios programas espaciales, la noción de una "carrera" continua entre las dos superpotencias se hizo menos real, los planes para una misión tripulada al planeta Marte fueron aplazadas por falta de una competencia soviética y por el alto costo de desarrollar nuevas lanzaderas espaciales, más grandes y pesadas. 
Ambas naciones habían desarrollado programas espaciales militares tripulados. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) había propuesto utilizar el misil ICBM Titan para lanzar el planeador hipersónico Dyna-Soar instalado en la punta del misil, para interceptar satélites enemigos, en el primer plan para el desarrollo de un programa espacial de la Iniciativa de Defensa Estratégica conocida también como la Guerra de las Galaxias en el futuro. 
El plan para el laboratorio orbital tripulado (utilizando hardware basado en el programa Gemini para llevar a cabo misiones de vigilancia) reemplazó al Dyna-Soar, pero este también quedó cancelado. La URSS encargó el programa Almaz para una estación espacial militar tripulada similar, que se fundió con el programa Salyut, la estación militar Polyus se quedó solamente como un proyecto. 
La carrera espacial se ralentizó tras el alunizaje del Apolo, lo que muchos expertos describen como su punto culminante o incluso su final. Otros, incluyendo al historiador espacial Carole Scott, piensan que su fin se sitúa más claramente en la misión conjunta Apolo-Soyuz de 1975. 
La nave soviética Soyuz 19 fue al encuentro y se acopló con la nave estadounidense Apollo, permitiendo a los astronautas de naciones "rivales" pasar a la nave de los otros y participar en experimentos combinados. Aunque persistieron las empresas espaciales de ambos países, fueron en gran parte en distintas "direcciones", y la noción de una "carrera" continua entre dos naciones enfrentadas, se quedó anticuada tras el Apollo-Soyuz. 
Incluso en este momento de cooperación, los líderes soviéticos estaban alarmados ante la perspectiva de que la USAF se implicara en el programa del Transbordador Espacial y lanzaron los proyectos del transbordador Burán y del cohete Energía. A principios de los 80, el nacimiento de la Iniciativa de Defensa Estratégica del presidente Ronald Reagan intensificó más la competencia, que sólo se resolvió con el colapso del bloque soviético en 1989.

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